Hemingway vivió casi 20 años en Cuba, en una casa llamada «Finca Vigía, manteniendo una intensa relación de amistad con Fidel Castro y una gran admiración por la vitalidad de España. En 1952 sorprende con un breve relato encargado por la revista Life, El viejo y el mar, por el que recibe el premio Pulitzer en 1953. Cazador, pescador, viajero, vitalista, alcohólico, depresivo,…
En la madrugada del 2 de julio de 1961, “deliberadamente” se pega un tiro con su escopeta preferida “la yegua”. Abrió el armero, se dirigió a la puerta de entrada de su casa de Ketchum, empujo dos proyectiles en le escopeta calibre 12, la cerro y coloco el extremo del cañón en su boca, apretó el gatillo y se voló “accidentalmente” los sesos.
La verdad existencialista: “Si nada es aceptado, entonces la redención se realiza en el momento de la muerte”. Aquellos que se enfrentan a la muerte con dignidad y coraje, han vivido una existencia auténtica.
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