sábado, 14 de noviembre de 2009

ESPACIO 43h: Exposición de Enrique G. Bedoya.


EL ESPACIO RAPTADO

La estupefacción e irritación vuelven al mundo del arte del siglo XX. El 15 de abril de 1969, a través de la cadena ARD de la televisión alemana, en único pase, se emite la película-documento “Land art”, una iniciativa de Gerry Schum, con ocho obras de artistas norteamericanos y europeos, expresamente concebidas para este proyecto y medio. Obras creadas en lugares remotos, un pantano, la costa, una cantera, el desierto,... Fue un proyecto experimental único y rompedor.

El nombre del documento “Land art” era en realidad la contracción de “Landscape art” (arte del paisaje). Nombre que fue adoptado por la crítica de inmediato, dándole múltiples interpretaciones y definiciones, “juego con los elementos”, “huida hacia el espacio abierto”, “dejar rastros”, “alteraciones de la naturaleza”,…El paisaje se convierte en material plástico.

La creación in situ de la obra, planteaba el problema de cómo mostrar estas obras en galerías y museos, la respuesta era la televisión.

Pero anteriormente, en 1968 el espacio neoyorquino Dwan Gallery muestra una serie de obras de diez artistas, vinculadas entre si por la utilización de tierra y piedras en su composición. Para la presentación de la exposición se utilizo el término “Earth works” (obras de tierra), palabras escritas en las tarjetas de invitación con fina arena. Con lo que a diferencia de Europa, se utilizaría este término en Norteamérica para definir este tipo de obras.

Grace Glueck elogió la exposición en su columna de crítica de arte del New York Times: “El medio (y paisaje) es la propia Madre Tierra: surcada, excavada, apilada y esparcida, transportada y redondeada y dividida”. Así mismo, la crítica de arte estadounidense Rosalind Krauss se referirá a esta novedosa categoría artística como “sculpture in the expanded field” (esculturas en un campo expandido).

En esta exposición de Enrique Bedoya, nos plantea una nueva experiencia artística en un entorno natural, cercano y amplio.

Su obra a derivado hacia una modalidad de abstracción o de transformación de lo real, que bebe de las fuentes del Earth works, dando una vuelta de tuerca a su quehacer artístico.

Topografías terrosas de una inusual economía cromática y elegante austeridad, asociadas a imágenes en las que el tiempo se acumula y congela en múltiples estratos temporales, conformados en un entorno natural. Son paisajes primigenios con un lenguaje revelador, que les otorgan un sentido de espacios de soledad positiva.

Escenarios místicos vinculados a la naturaleza y su génesis, con una narrativa casual, que nos remiten al lugar, siempre subordinado al espacio, pero que adquieren protagonismo al apropiarse del tiempo.

De un lado la materialización en el transcurrir de los días, de otro la activación, el procesamiento del lienzo inerte en el barranco, transformándose en materia bruta, mineralizándose.

Una labor de alfarero, en las que las avenidas de lodo y piedras componen su esencia y transcurso vital, otorgándole a sus obras una exquisita sensualidad orgánica. Un universo poético dominado por la naturaleza y el tiempo.

M A R T. Abril 2009.

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